Detenidos es un proyecto artístico y educativo, abierto y participativo, que se centra en la incidencia del lenguaje institucional y mediático en la conformación de nuestras creencias e identidad. El trabajo se inició en el marco de la crisis económica.
Una primera serie establece analogías entre la situación de paro, y las consecuencias que se derivan de ello, con aspectos propios de la privación de libertad personal, origen del nombre del proyecto. Partiendo de la reflexión sobre los cambios sociales acontecidos a causa de la situación de precariedad en España y, más allá, de los aspectos externos evidentes que transforman nuestro entramado social, consideré interesante reflexionar sobre el estatus del ciudadano en su cotidianidad e intimidad, en relación con la lacra del desempleo.
En esta coyuntura, los medios de comunicación tienen un papel decisivo, no sólo con la palabra, sino con toda la información que recibimos en forma de imágenes a través de los diferentes canales tradicionales o tecnológicos y que apenas tenemos tiempo de digerir. Nos encontramos inmersos en una avalancha de contenidos de diferentes lenguajes, muchas veces, de dudosa procedencia y transparencia en su intencionalidad.
En el ámbito de la crisis, estos factores han tenido gran relevancia, creando un estado de opinión de escasez que, a parte de las carencias materiales, nos ha llevado a creer que merecemos menos de lo que tenemos, que no existen otras opciones a las que podemos aspirar. Nuestra capacidad de proyección hacia el futuro está minada por mensajes de precariedad. Hemos asimilado frases hechas, lugares comunes y coletillas que van desde el “cómo está la cosa”, o “con la que está cayendo”al “imposible”. Esta negación de nuestras posibilidades, una sumisión social impuesta y aceptada, es una de las consecuencias de acomodar nuestro pensamiento al “mensaje oficial”.La cifra de parados al alza, que ahora ligeramente comienza a bajar a costa del aumento de la precariedad laboral, tanto en contratos como en sueldos, está sometida, a mi juicio a un estatus análogo al que genera la detención policial. Más allá de la metáfora, según la Real Academia Española de la Lengua, la detención es la privación provisional de la libertad, ordenada por una autoridad competente.
¿Acaso la anulación del derecho al trabajo no supone la privación de un derecho esencial? La carencia de autonomía conduce al estatismo, así como al encarcelamiento emocional, físico e intelectual. Tanto los organismos públicos implicados, como las agencias privadas con actividades vinculadas a la búsqueda del empleo, proponen a la persona en paro ofertas para su inserción en el mercado laboral, previa inscripción en un sistema de clasificación. Sistema que comprende, además del perfil profesional en el que se ha formado, otros ajenos a él. En la mayoría de casos, los pocos puestos ofrecidos se vinculan a tareas distintas al conocimiento y formación de los profesionales especializados, con menores requerimientos académicos de los que posee el demandante, y acarreando una retribución económica inferior. No obstante, la necesidad que genera la recesión, obliga al candidato a aceptar estos puestos en las antípodas de su identidad y expectativas. Una alienación forzosa que, en muchos casos, tampoco garantiza el acceso a la actividad laboral. Resulta indiscutible la obligación de modificar los perfiles profesionales de los parados, suplantando, y censurando en algunos casos su verdadera identidad profesional mediante currículos paralelos, identidades superpuestas que redundan en el estado de detención.
Esta modificación gradual y constante se va asentando, silenciosamente, en la conciencia del individuo, transformando poco a poco sus creencias creencias sobre sí mismo.El problema ya no es simplemente la falta de recursos materiales. El peligro primordial es ese virus maligno inoculado en nuestras mentes a base de que repitamos internamente el mensaje de precariedad, pronunciado, constantemente, en múltiples escenarios. Un conformismo de la mediocridad que, poco a poco, se instala en nuestro discurrir creando una distorsión de la autorrepresentación.